Ya estaban buscándome bien;
no podían encontrarme.
Un caballo de juguete quiero ser.
Es el sol de la mañana ¿Y qué?
¿Estoy bien? No lo sé.
Déjame dormir, que es ya tarde, sí.
Muchos soldados y un fuerte también
quince cajas de cartón piel.
Coge ese libro, lo tengo por ti
con sus tapas bordadas, oh sí.
Déjame, ya lo sé.
Es muy tarde y ya no lo entenderás.
Ese reloj ya no suena por ti.
Mira el cuco durmiendo, sí.
Todo lo olvidas, no entiendo por qué
mi caballo se fue.
lunes, 12 de noviembre de 2007
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