domingo, 27 de enero de 2008

CÓMO EN LA COLA DEL PARO

Agobiado por la situación
indeciso gracias a mi imaginación
cientos de pensamientos afluyen
solos, sin demoras,
sin recesos en mis elucubramientos.

Intento observarlo desde
fuera con detenimiento,
pero acuden a ráfagas esos recuerdos,
que de mí intentar aparto
sin conseguir ni tan siquiera
un rato dejar de pensar en ti,
que tanto me daño me has hecho a mí.

Mi mente se ve destruida,
se nota disminuida y
también aparece obscurecida,
por dejarte a ti
entrar en mi vida,
no existe ya alternativa,
que por tu existencia ya
no se vea comprometida.

Me engañaste vilmente
con aquel individuo.
Sólo era un tio más
con el que pasabas
el rato, otro imbecil
con el cual te entretenias,
otro que quizás en un tiempo
piense lo mismo que yo,
que aburrimiento.

Sólo era uno más en tu
larga lista de ligoteos,
de frecuentes manoseos,
de abundantes escarceos,
y tú nunca pensarás
en a los que pisas,
en todo lo que dejas detrás.

¿Qué importa, si a ti
te da exactamente igual?
Ese hombre y yo, somos
2 victimas más, de
la peligrosa mujer en
que te convertiste nada
más púber comenzar a ser.