martes, 18 de septiembre de 2007

No somos lo que piensas


No somos mascotas, ni juguetes para que cuando dejemos de ser graciosos o ingeniosos nos dejen tirados en un rincón.
No somos libros baratos para pasar el rato.
Ni monstruos de feria ni botellas de vino barato.
Solo somos personas, con los pies doloridos de tanto andar sin llegar a ningún sitio.
Solo somos personas que no han dejado de creer que la gente puede llegar a ser maravillosa.
Solo somos unos ingenuos.
y así nos va.

Miedo a perderte

Tengo miedo de perderte,
de no volver a verte,
de no notarte, de no tenerte,
me muero solo por volver
a verte.
Tengo miedo, de que te asustes
y creas que solo digo embustes,
que de ti solo quiero cosas
que realmente de ti yo
no puedo obligarte
a darme, eso solo se da
con amor, y solo el tiempo
dirá si puede existir este amor.
Yo no quiero forzarte, no quiero
avergonzarte, no puedo separarte
de toda tu vida, eso solo seria
una vana y terrible mentira.
Pero llego el terrible día,
y el día ya no amanecía,
tu desaparecías, mis manos
quedaron vacías, ya que
para males de amor no hay
todavía solución.
Y yo no encuentro la explicación,
de que tu huyeses con decisión,
de que te espantase mi
determinación, no entiendes amor mío
que yo nunca podría obligarte a lo que
tú nunca podrías darme, si
existiese coacción por mi parte.
Que no es lo que yo quiero,
solo me siento como un perro,
aplastado por un camión,
el cual ya ha pasado
a otra vida, ya no
tiene solución.
Pero a pesar yo solo espero,
que me escuches, yo no pretendo,
no puedo, hacer que me ames,
eso no vale, todo ha de seguir
su curso, a eso me refería
cuando yo te decía
que habría de ganarme
el que tú me quieras
algún día, si es que esto
sucediese, que sepas
que no puedo dar más miedo
que la de un hombre sincero
que expone sus sentimientos
de modo verdadero, sin
más explicación.

La inmensidad del tiempo

El tiempo, eterna paradoja nunca se sabe como avanza, pero es una verdad inmutable, que sigue adelante y nunca se para. Nosotros mientras el tiempo transcurre no solemos parar a reflexionar tanto como las circunstancias a veces lo merecen, y de hecho incluso la mayoría de las que si lo hacemos, no hemos aprendido nada de lo que hemos observados. Estamos casi siempre obcecados en una preconcebida idea de lo que está mal y está bien, y al fin y al cabo, somos demasiado pequeños, demasiado insignificantes para darnos cuenta de que lo que está ahora mismo ocurriendo no es algo que se pueda repetir.

Por ello, la propia definición de que el tiempo es infinito, es totalmente cierta, ya que aunque no haya medios para medirlo, sigue transcurriendo lenta, implacablemente. Y no ha lugar a poder manipular, ni siquiera adivinar que nos ha deparado y deparará.

Es algo imposible de manejar a nuestro antojo, y como siempre se ha dicho, este juega en contra nuestra. Vamos envejeciendo con los años, y cuantos más viejos, más incapaces somos de cambiar, y de tratar de enmendar nuestros propios errores.

En suma, esto es solo parte de las bobadas que se me ha ocurrido verter en un papel, y en definitiva, seguro que a muchos les ha ocupado alguna vez el mismo menester.