Cómo dice la canción, todos esperamos en el fondo de nuestro corazón y en lo más profundo de nuestra alma encontrar a ese alguien, a esa persona especial que quizás quiera estar a nuestro lado el resto de nuestras vidas. Es una búsqueda difícil y complicada que quizás nos lleve toda la vida, y aún así quizás esta nunca aparezca.
A gritos de esperanza es una buena manera de llamarlo, nunca debemos de perder esta esperanza aunque nadie pueda jamás escuchar estos gritos. Todo el mundo embebidos en sus propias vidas muchas veces son incapaces de saber lo que ocurre en el interior de su vecino más próximo, que quizás lo esté buscando a él.
Ya seamos más bajos, más altos, más feos o más guapos, más listos o menos listos, inteligentes o normalitos todos todos tenemos alguna vez la misma circunstancia, todos estamos unidos por el mismo deseo y por la misma pasión, todos deseamos de corazón (bueno, algunos y algunos sinceramente es que no) que aparezca en nuestras vidas de repente, pero como siempre la suerte es difícil, compleja y esquiva.
Por gritar no pasa nada, pero tanto es el desgañitar sin que nadie te oiga ya que os gritos del alma y del corazón no se suelen atender por casi nadie. Siempre siempre yo al menos estaré en el intento, pero cómo todo el ánimo a veces me pesa. Soy humano, con sentimientos mejores o peores, pero persona al fin… y no puedo evitar pensar a veces que acabaré más sólo que la una… en caso de que este final aconteciera seguro que estaré yo sólo en una pensión de mala muerte, viviendo con un gato que es la imagen que tengo en los momentos de desesperanza.
Y hasta aquí una de mis reflexiones más profundas, que la verdad tampoco lo son demasiado y no más complejas que las del resto de los mortales.
Y digo yo, quién se queja es de vicio, ¿verdad?
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