viernes, 21 de septiembre de 2007

Desde la cárcel

Mi alma se retuerce de dolor,
cuando recuerdo nuestro amor,
pero ya no lo compartimos
ninguno de los dos,
esos instantes que paralizados
en el tiempo por siempre así estarán.
Cuando recuerdo aquellos momentos infelices,
el daño que os cause a todos por no saber,
por no sentir que ya no era el mismo,
que yo había cambiado sin ninguna razón,
que me convertí en un horrible ogro,
que hice cosas terribles sin consideración,
que con vuestras vidas acabé,
es una maldición, la que aquel día me llevó,
no sabia lo que hacia,
la noche era igual que el día,
no puedo soportar esta cautividad
que yo solo me busqué.
No quiero justificar
que por falta de voluntad,
me convertí en animal,
abuse de cosas prohibidas,
que nadie espera
de una persona cabal,
pero soy una cosa
que solo sabe destrozar
la vida de los demás.
Por eso, mi alma se retuerce
por que acabé un viernes y trece
con la vida de mi familia,
con esos hijos que me querían,
contigo, mi mujer, mi compañera,
la única que solo pensaba
que aún dentro quizás
quedaba algo de amor,
pero no, y eso acabó
ese aciago día, en que mi mano empuño
esa hacha maldita, y destrozó
por siempre lo que antes algún día
de veras podría haber sido
una feliz familia.
Y desde esta prisión en Alcalá,
las horas que pasan ya,
solo sirven para aumentar
la desazón que determinará
que mi retorcida alma a vueltas
de un arma letal, es la culpa
que siempre me perseguirá,
y algún día saldré, me liberaran,
pero nunca seré una persona normal,
y se que no podré evitar
volver a matar, es algo que
siempre supe, me han de parar,
por que si no se que no pararé
hasta que vuelva a acontecer
todo de nuevo, por que no pararé,
y de nuevo tristemente famoso seré.

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